

Una novela para los amantes del plan conspirativo de las élites contra la humanidad.
Descripción

Mac Cain: Tanto monta, monta tanto, hacerlo, como imaginarlo (25)
—Señor Mac Cain, intentaba usted explicarme en la anterior sesión su dificultad para satisfacer a las mujeres.
—¡Que no! ¡Que no! ¡Ja ja, ja! No vaya

Valeria y lo que te pone de buen humor (24)
—Buenos días, Valeria, ¿cómo te encuentras?
—¡Hola, Eliza! Estoy encantada. Quiero contarte mi maravillosa cita de ayer.
—Muy bien, cuéntame, soy toda oídos.
—Me llevó a cenar a

Anicka: si nos hieren, ¿no sangramos? (23)
—Me agradó que el otro día me contaras tu secreto, Anicka, es muy satisfactorio que confíes en mí. Deseas que sea nuestro secreto porque sabes

El coronel y el agente Towers, no se quedan satisfechos (34)
—Esperen un momento, enseguida el doctor Holtz estará con vosotros.
—Gracias, enfermera.
—Pues esta también tiene buenas piernas.
—No cabe duda, agente Towers, ¡ja, ja…! Bien, ¿qué le

Alexia, hipnotizada (32)
—Hola, Alexia. ¿Cómo estás?
—Estoy un poco ya hasta los cojones de estas preguntitas de cortesía social con las que se pierde mucho el tiempo, que

Miguel Ángel, hipnotizado (31)
—Pasa, Miguel Ángel, ¿cómo estás?
—Feliz, como siempre.
—Supongo que estás informado de los detalles de la prueba.
—Lo estoy, muchas gracias.
—Bien. ¿Te han hipnotizado alguna vez?
—Sí, me

Miguel Ángel, en el amor espléndido (27)
–Bien, Miguel Ángel, podemos continuar la sesión del otro día si te parece. Tú dijiste: tú harás mi verbo presente. ¿Cómo puedo hacer tu verbo

Alexia, no estamos obligados a obedecer leyes no escritas (26)
–Usted sabe que, si no colabora, no podrá salir de esta institución. Le recuerdo que el estado norteamericano es responsable de su persona, y que