Pablo Escobar, la voz colectiva del Hacedor en Colombia

Que yo reconozco que si estoy aquí en la tierra viviendo como si estuviera en el cielo, en el paraíso más berraco de todos los paraísos, es por la ayuda de los invisibles de Noé, y reconozco también que Dios me ha mirado bien, porque después de toda la violencia que apliqué sobre mis semejantes, Los invisibles tuvieron a bien apiadarse de mí, y salvarme la vida, y hacerme cómplice del plan NOé, y fue tanto amor lo que yo sentí dentro, tanta gratitud, que aún lloro todas las mañanas cuando despierto, no solo por estar vivo, sino por vivir aquí en Colombia, mi tierra, convertida ahora en el paraíso más berraco de todos los paraísos, tal y como ha sido votado en la democracia electrónica hace tan solo unos días, por encima de lugares alucinantes como las playas de Ccádiz, como Maracaibo o algunos lugares impresionantes de África o Tailandia. Ay, mi Colombia, Colombia mía, la vida habría dado por ti si me lo hubieras pedido, pero me pediste ser tu presidente, el reprentante del Hacedor, y eso fue lo que hice, servir a mi pueblo, prestándole mi voz a la voz colectiva.


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