Isla de Mann, última parada de la ruta del dinero oscuro, ahora dinero en abierto. No cuento lo que estoy buscando porque no viene al caso para esta crónica. Tomando un gin tonic en la barra de un bar, antes de ir a la barbería de enfrente, leo el titular de la portada del NYTimes: El faraón altruista: acabaré con el hambre en el mundo.
En la noticia se cuenta que hay rumores de proponer a Adil como candidato al premio Nobel de la Paz, por sus esfuerzos por construir una humanidad más humana.
El nuevo vídeo de Adil acaba de eklosionar, que es el término de moda para hablar de los vídeos que se vuelven globales, vox populi, dentro de la cultura viral, y de los cuales se puede hablar en cualquier parte del mundo gracias a un nuevo lenguaje de etiquetado basado en imágenes que Populus ha puesto de moda, y que los internautas llaman la neolengua o la lengua común, la lengua universal en la que todos pueden comunicarse.
Algunos han dicho que el vídeo es falso, pero, inmediatamente, han sido acusados en la democracia electrónica de conspiranoides, y esta idea ha quedado relegada a las zonas más bajas en los ránkings de opinión.
Muy por el contrario, el sesenta por ciento de la gente que ha votado en el Life Book o Livuk está convencida de que el vídeo es verdadero, porque si no, repiten una y otra vez como si este argumento fuera un mantra, no habría salido en el telediario.
En ciertos sectores del 17R, el asunto de los vagos ha levantado muchas ampollas. En los vuks etiquetados con el topic #VagoEugenesia, se están debatiendo cuestiones de máxima transcendencia. ¿Tienen los vagos derecho a la vida? o ¿No habría que extirpar el gen de la pereza cuando los científicos lo encuentren?
Ante ataques tan feroces, cierto número de personas ha decidido abrir una nueva comunidad dentro del Livuk llamada El Vago Gen, y, hoy por hoy, goza de una estupenda salud debido a los millones de seguidores que ya tiene en todo el mundo, muchos de ellos en China, pero El Hacedor no ha difundido este dato.
Es desde esta comunidad que los vagos, que por primera vez en la historia son amenazados de extinción, se defienden subiendo vídeos a Populus en los que enarbolan toda clase de argumentaciones. Las cosas que los vagos están diciendo en Populus resultan muy chocantes para la gente de la época, que está acostumbrada a ver el trabajo como una fórmula de vida.
Tiene esta comunidad un miembro de excepción, que ha sido elegido por democracia electrónica como la cara visible del movimiento: Alexia Zyanya, la redactora del Manifiesto pro-vagancia del nuevo mundo, una síntesis muy interpretable del famoso Ensayo sobre la pereza, que, a pesar de su importancia para el conocimiento de la condición humana, es completamente ignorado por los ciudadanos de este nuevo siglo.
Muy orgullosos de albergar en su seno una personalidad de tanto renombre, los vagos se han entregado por completo a la labor de dividir en vuks las frases del manifiesto y relivuquearlas una y otra vez durante todo el día hasta estar seguros de que cada usuario del 17R ha leído al menos una frase del manifiesto:
@VagoGen: El trabajo capitalista es perjudicial xa la salud. #ManifiestoProVagancia
@VagoGen: Todos somos esclavos del trabajo. #ManifiestoProVagancia
@VagoGen: Madrugar por obligación es antinatural, un crimen contra la humanidad. #ManifiestoProVagancia
@VagoGen: El trabajo por dinero no dignifica al hombre sino que lo esclaviza. #ManifiestoProVagancia
@VagoGen: Las mentes comunes evalúan el valor del trabajo en función del dinero que se cobra por él. #ManifiestoProVagancia
@VagoGen: Para el capitalista, trabajar por placer es cosa de tontos. #ManifiestoProVagancia
@VagoGen: Vago es uno que trabaja solo por dinero. #ManifiestoProVagancia
@VagoGen: Vago es uno que, si no cobra, no crea nada. #ManifiestoProVagancia
@VagoGen: Un homo sapiens no creativo, ¿es acaso un ser humano?
@VagoGen: #YoAcuso En el Kapitalismo, solamente a través del trabajo remunerado se puede acceder a los bienes del paraíso.
@VagoGen: Esta deshumanizada cultura del trabajo es la causante de la sobreproducción.
@VagoGen: El cuerpo del #ObrerodelKapital corre q se las pela al centro comercial a mejorar su apariencia material.
@VagoGen: El #ObrerodelKapital no cultiva los refinados placeres del alma, su ocio es consumir con dinero lo que trabaja por dinero.
@VagoGen: El mundo necesita, al menos, dos mil millones de vagos para que la economía del decrecimiento sea una realidad.
Ciertamente, no puede negarse el impacto que estas ideas, a pesar de ser ya muy antiguas y pertenecer a los comienzos del siglo XX, está teniendo sobre la mentalidad del obrero, para el que las obras filosóficas son libros fríos, abstractos y aburridos que no piensa leer nunca en su vida.
En concreto, adilanos como Mohamed, que son los obreros capitalistas del banco de Adil, han montado en cólera al ver todas las ofensas que la premio Nobel les ha escupido a la cara. La odian directamente y no entienden por qué esa señora tan estrafalaria, con pinta de loca, que no ha pegado golpe en su vida, se mete con ellos, ellos, que trabajan de sol a sol y que, si no leen, es por falta de tiempo, y, aunque sean incultos, tienen tanto o más derecho que los demás a los bienes del paraíso. Guerra a los vagos, me cagüendies.
Lo de guerra a los vagos lo dice por una PopApp (una aplicación de Populus para el Livuk) llamada El arte de la Guerra con la que se pueden crear guerras cibernéticas entre las comunidades de esta red de redes sociales que es el Livuk.
Al parecer, hoy, a las seis y media de la tarde, la red social de Los Adilanos le ha declarado la guerra a la comunidad virtual del Vago Gen, y llevan unas cuantas horas ya dándose de hostias, tal y como me está ahora contando el bengalí que me está cortando el pelo, aquí en la Isla de Mann.
Creo que a nadie le sorprende si le digo que, en estos momentos, los vagos van perdiendo estrepitosamente la guerra, y, tal y como predijo Adil, están a punto de ser exterminados virtualmente.
Muchas redes sociales de movimientos por los derechos humanos interactúan con los #matavagos para hacerles entrar en razón, pero ellos se excusan en que es un vídeo juego, que los vídeo juegos de Populus son muy buenos, y que saben perfectamente diferenciar la realidad de la ficción virtual.
Alexia se ha enganchado muy tontamente a la aplicación, y ahora está en la casa como una loca disparando por doquier a todos los obreros capitalistas que se cruzan por su lado.
—¿Qué haces? ¿No deberías estar preparando tu viaje a la India? ¿No decías que querías venir?—le pregunta Miguel Ángel que acaba de entrar por la puerta.
Alexia se ha quedado callada, tratando de encontrar una excusa a su inexcusable comportamiento. Iba a decir algo, pero la pantalla de la tele se ha puesto en negro y los dos han mirado hacia ella buscando una explicación.
Con títulos rotativos al estilo de La Guerra de las Galaxias, Populus está soltando este mensaje:
Populus ha puesto fin a esta guerra virtual porque hoy empieza otro período más brutal aún en la historia de los seres humanos, próximamente… LA VENGANZA DE POPULUS
Tras esto, Populus ha dejado de nuevo el espacio libre de su canal para que la gente opine lo que quiera. Y, en efecto, así lo están haciendo, pero quizás no en la dirección que al bufón le interesaría:
@KaqueKicoQ: Por favor, ¿alguien quiere darle al forward? Creo q Populus se ha embuclado. #BuclePopulus
@Cocorocó: Está mayor, ya solo vive de sus viejas glorias. #PPUS
@Kalinda: Seguro q quiere ser Santa Teresa de Calcuta, que le da un pequeño azote en el culo a los ricos, por haberse portado mal. #ElBufónApesta
@KiquiriKiii: El bufón se ha cagado en los pantalones, si no aparece con un pañal puesto, habrá perdido para mí toda su credibilidad. #PopulusDecepcionAPopulus.
Se quejan, se quejan mucho, y esto no me parece más que un acto de retórica popular, puesto que ya hay mil millones de personas que han marcado la casilla: veré el vídeo de Populus cuando salga, y eso que solo han transcurrido unos minutos desde su publicación.
De nuevo, el canal de Populus vuelve a ponerse en negro. El mensaje va a comenzar. Muy intrigados, como miles de millones de personas en el planeta, Miguel Ángel y Alexia se sientan en el sofá a escucharlo. Y yo, con ellos.
Del fondo negro, se acercan en 3D unas piecitas de puzzle que se van haciendo cada vez más y más grandes, hasta ocupar toda la pantalla. Al rato, todas se reordenan y se convierten en cubos que comienzan a girar hasta pararse y conformar el título del vídeo: HOMO TOXICUS.
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