Capítulo de obra, La gramática del universo

La metateoría o las gafas de mi matrix

Vamos a crear juntos una teoría sobre el sentido de nuestra vida, sobre nuestro lugar en el mundo, juntos, poco a poco, avanzando desde la nada hasta el todo, como si fuéramos un dios que un día se levanta con la tarea de crear el todo a partir de la nada, ¿es esto posible?

No somos lo primeros que lo intentamos. Ya el filósofo Descartes se planteó esto, pensar desde la nada, crear algo sin contar con un conocimiento previo, y a esto le llamó tabula rasa, empezar desde cero.

Pero, realmente, ¿podemos empezar desde cero? Esto es, ya el simple hecho de pensar y de ponerle palabras a lo pensado, implica que, lo queramos o no, venimos dotados de un matrix, una estructura, un sistema de conocimiento, aunque no seamos capaz de descifrarlo, y al que solamente podemos acceder a través de sus efectos y no de sus causas.

A este matrix con el que ya venimos dotados para percibir la realidad lo vamos a llamar la meta-cognición, y de eso no nos podemos librar, por tanto, ya tenemos que admitir que todo lo que vayamos a decir a partir de ahora es subjetivo.

Necesitamos pues dotarnos de un lenguaje un metalenguaje para referirnos a aquello que vamos a descubrir, para hablar de nuestra teoría, y a esta pre-fase lo vamos a llamar la meta teoría.

¿Qué sabemos de las teorías? ¿Cómo se hace una teoría? Una teoría es un relato, una historia, una narración coherente, cohesionada, ordenada, que trata de explicar unos hechos y, en la versión moderna, predecir hechos futuros.

Las teorías tienen que tener al menos un concepto y un principio y un sistema de notación que la exprese de forma formal.

¿qué tenemos entonces? Tenemos T=Teoría, C=Concepto, P=principio.

Este es nuestro sistema de meta-notación. ¿Fácil, verdad?

Fijémonos en que ya estamos construyendo sobre algo, y que, por tanto, la naturaleza de nuestro conocimiento es metafórica, puesto que, en realidad, no vemos el territorio sino un mapa del mismo, y lo triste o maravilloso es que solamente podemos hablar del mapa, nunca podremos acceder a esa realidad de forma pura, porque siempre vamos a necesitar un matrix, una forma de acceso, y esta forma de acceso ya determina lo que vamos a ver, esto es, no es lo mismo ver la realidad como un perro, que la ve en blanco y negro, que en colores.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

error: Este contenido está protegido, no puedes copiarlo ni publicarlo en otro sitio web.