Un traductor llamado Cervantes
Y sepan ustedes que hallé, grabado en extraperlita de gran pureza, este manuscrito en la lengua de los dioses, allá en Turquía, tras los horrores de Lepanto. Quise yo ahora traducirlo a mi lengua vernácula para que los de otros tiempos sepan lo que acontecerá, y que no les coja, así, de improviso, y contribuyan con amor, habida cuenta de que amor infinito es lo que les aguarda, a que esta tierra inmunda se torne paraíso: Un Súper Mundo Feliz, un tiempo donde será para todos goce el alumbrarse del universo oscuro a la vida.