Correspondencia Navideña

Mis queridos niños:

En respuesta a vuestras misivas, estamos muy alegres y felices de que al menos vosotros seáis sensatos y no os olvidáis de que son muchos los que habitan este planeta, en todos sus rincones y que no disfrutan de su infancia como lo hacéis vosotros. Nos regocija que queráis para ellos, un techo, un abrigo o una sombra.

También nos ha gustado que os acordéis de vuestra casa, de vuestro generoso planeta que os ha de perdurar, y que queráis para él respeto, cuidados y arreglos, porque me habéis dicho que esta muy enfermito, que no para de toser con tantos humos de coches y fabricas, y que debe de tener fiebre, que casi siempre esta ardiendo y que el pobre se derrite. Por eso nos alegra tanto que este año halláis escogido, no por capricho o porque os lo han repetido en la tele mil veces, con vuestra sabia inteligencia, lo que de verdad os gusta, lo que de verdad queréis y no esos cachivaches que al día siguiente entran en el armario y, por aburrimiento no salen de ahí, hasta el año siguiente cuando viajan a la basura.

Así que, no nos extraña que nos hayáis pedido sabiduría; sabiduría para los mayores.

Para que su torpeza, su desidia o su indiferencia, no sirva para dejar a un niño sin techo, sin abrigo, sin sombra.

Para que respeten, cuiden y arreglen, sin descanso, hasta que consigan que se cure el planeta, y así su ignorancia no sea la causa de que no podamos disfrutarlo, todos, largo tiempo.

Y sabiduría, también, para que, cuando los mayores escojan sus regalos, los elijan con el corazón y no con la cartera, que como muy bien aseguráis, el mejor regalo es el tiempo, el tiempo y la felicidad.

Y memoria, memoria también para que no se olviden de vuestras cartas cuando tiren los juguetes del año anterior, cuando les sobre comida de la cena de Navidad, y se tengan que tomar medicinas para paliar sus excesos de Fin de año. Que hay niños en muchos rincones del mundo que solo nos piden eso: Comida y medicinas.

Nos despedimos hasta el año que viene. Que paséis sobretodo, todos, felices Navidades.

Os quieren, Melchor, Gaspar y Baltasar.


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