No quedan muchos registros de esta mini revolución primitiva, minoritaria, absoluta y completamente de naturaleza burguesa, realizada por universitarios treinteañeros que veían peligrar los servicios públicos, fuente de trabajo para ellos y un seguro de bienestar longeva.
El gran apagón de información que tuvo lugar en El año de la Abolición del Dinero se lo llevó todo por delante, y aunque se recuperaron algún que otro ‘papel’, los historiadores de Un Súper Mundo Feliz ya habían claudicado a saber algo más de lo que aquí ocurrió, hasta que vinieron de improviso, sin darnos cuenta, de golpe y sopetón, los fortuitos locos años de los viajes en el tiempo que estaban fuera de nuestra voluntad y alcance.
Y fue en uno de estos viajes, de casualidad, y sin nosotres elegir y decidir nada, que nos mandaron a una pequeña plaza en una remota provincia de España, en la tierra de Extremadura, la plaza de Badajoz.
Nada de esto se encontrará en los periódicos ni medios digitales de la época. Porque esta historia forma parte de La Historia Invisible de la Humanida, y como tal, así tiene que permanecer a los ojos de La Estructura Faraónica, hasta que llegue El Gran Golpe, y todo caiga por su propio peso.