Ahora, es claro que nunca tuvimos ningún control sobre nuestra existencia, y que no sabemos ni de dónde venimos, ni quiénes somos, ni adónde vamos. Bueno, sí, a la mierda. Eso sí, nos vamos todos a la mierda, pero con mucho dinero que, a la hora de la hora, no va a servir para nada.