Me he reunido con El Aquelarre de meigos para elaborar un conjuro con la técnica surrealista del cadáver exquisito. Dicho conjuro es tema para otro capítulo. El caso es que se lo he enseñado a mi novia y me ha mirado de forma displicente, sospecho que me subestima, y me ha sobrevolado con su inteligencia diciendo mientras me metía el dedo en el oído (algo que no soporto, ¿pero por qué lo hace?):
–Cariño, el equilibro de la naturaleza no se va a restablecer hasta que el Jordi Hurtado no lo disponga.
Deja una respuesta