Ya sé que me dicen que soy un criticón, un grano en el culo, como dice la Abbot en Kapitalismo Sauvage en referencia a Marx, pero he aprovechado el confinamiento para leer La Estructura del Mal, y quizás se quede demasiado corta y le falten esas pequeñas maldades que constituyen la vida de los pobres, o de los parias, de los ignorantes, de los que no saben cómo funciona el sistema, que está más trucao que una tómbola de feria, y que como le dijo Borges en una entrevista al puto gilipollas de Vargas Llosa, la gente que no tiene dinero solo piensa en dinero porque solamente cuando se tiene dinero es que se puede pensar en otra cosa.
Y eso es lo que hacen los pobres, pensar noche y día, día y noche, como dicen en La Historia Secreta de Don Quijote de la Mancha, en dinero, en cómo acceder a él, de la forma más económica posible, y esto, en nuestro sistema tiene un nombre y solo uno: los juegos de azar.
Este azar que está trucado, y que por mucho que uno aplique los principios de La Gramática del Universo, oséase, El Secreto para la masa, no funciona. Solamente unos pocos privilegiados, muy avanzados a nivel espiritual, podrían subvertir la programación trucada de los juegos de azar en el sistema capitalista. O eso, o tener una mente matemática superior, hacer ingeniería inversa y pillarle el truco a la máquina de estados finitos de las tragaperras.
Pero no solamente los pobres piensan en dinero. También los ricos piensan o pensaron en su momento en cómo hacerlo, y en este punto, parece que hay un acuerdo muy claro entre ELLOS, y la premisa es: a por ellos, esto es, a por el dinero de los pobres, a por los parias de Pablo Escobar, a por los ignorantes que no saben cómo funciona este juego en el que estamos inmersos.
Un ejemplo de esto muy claro que, volviendo al tema, (ya vuelvo, lo sé, a mis aburridas digresiones, y, sin embargo, debo presumir, con mi ego chapado a la antigua, que soy de lo más leididito en Universo Borg), esto es, a La Estructura del Mal de la Abbot, la cual se ha olvidado de mencionar es el truculento y espantoso caso de las miserables casas de apuestas.
Yo sé de buena tinta que a más de uno le gustaría que de, un segundo a otro, en una especie de implosión mágica, desaparecieran todas las sucursales bancarias. Y la verdad es que quizás adelantándose a ellos, y quizás también porque les hayan leído los planes y tengan alguna especie de acceso al futuro corrompida, los propios bancos ya están eliminando sus propias sucursales. Con el esto del coronavirus, ya están metiéndole a la gente la idea de que todo el dinero debe ser virtual, y que el euro digital, que no se podrá ni oler ni tocar y que estará limpio de coronavirus se hará presente en nuestras sociedades en menos que canta un gallo, de la noche a la mañana, y esto será, una vez más, antes de que nosotros, esto es, la masa, podamos decidir ni planear nada, y ya sabemos lo difícil que es volver para atrás cuando algo ya está fisicalizado, y si no que se lo digan a los de la reforma laboral.
El caso es que la Abbot se saltó el cursillo de formación básica de lo que yo llamo “De primero de maldad”, y ahí voy con algunas de ellas.
De primero de maldad, es poner los ’curasanes’ con el café a un ’euro’ para les viejis en las casas de apuestas.
De primero de maldad, es poner en la avenida de Pedro Laborde del barrio de Vallecas tres casas de apuestas, dos de ellas a menos de 100 metros del colegio Agustina Díez.
¿Alquien protesta? Sí, contra el ’hijoputa’ de Pedro Sánchez, que obliga a la gente a llevar mascarillas.
Eso fue lo que dijo el otro día un señoro que iba escupiendo por la calle en este insigne barrio y sin mascarilla. Y cuando una mujer que pasaba por al lado le echó la bronca por escupir en la calle, este le dijo: a mí, nadie me dice lo que tengo que hacer.
Oh, anda, mira, ya salió el señoro anarquista. Resulta que la gente está obligada a trabajar por dinero, a madrugar por dinero, a follar por dinero, a callarse la puta boca por dinero, a hacer la pelota por dinero, a hacer millones de cosas por dinero, pero ojo, que a ellos nadie les diga lo que tienen que hacer, ‘massemo‘ cuando se trata de NO ESCUPIR en la calle en pleno coronavirus.
Como dice mi vecina, la Clara: a tomar por culo, ya, hombre, esta gentuza (remito a mi escrito ’Sí, en la clase obrera, también hay gentuza’.
De primero de maldad, es poner los partidos gratis en las casas de apuestas.
De primero de maldad, es analizar cuáles son los barrios de población joven más alta y en el paro y poner allí… a ver si lo adivináis, en efecto, sí, una puta casas de apuestas.
A poco que uno rasque un poco, sabrá que el 75% del mercado de las casas de apuestas en este gran país que é EHPAÑA, está en manos de dos grandes empresas y ¿a quién pertenecen dichas empresas? ¿a que no te lo has preguntado? Yo sí, soy así de grano en el culo, pues a FONDOS DE INVERSIÓN. Sí, los mismos que compran vivienda pública y luego suben el alquiler a los pobres obreros desgraciados, y si no les echan de sus casas, by de the face, sin ningún remordimiento ni nada, porque claro, ya lo dijo Rodrigo Rato, esto es el capitalismo amigos, y robar la plusvalía es legal, y robarle a los pobres sus casas, también es legal, y usar cualquier método para lo que ellos llaman ’los corkys’ caigan en las trampas del deseo del dinero, también es legal.
—Y si es legal, ya lo dice la Abbot en LEM, es moral.
Y este es el cursillo de primero de maldad. En Chile, esa gran economía neo-liberal, ’el mundo está lleno de güevones, y cuando encuentres uno, agárralo, tráelo pa’ti y no lo sueltes jamás’.
Las casas de apuestas son sistemas de atracción en masa de esa gente que ellos llaman corkys o ’huevones’ y que caen como moscas.