Bitácora de un conspiranoide hipocondríaco de coronavirus, Capítulo de obra

Aburrimiento perruno (12)

El otro día saco al perro de mi tía-abuela y, según voy paseando por una zona de edificios con gente confinada, de repente escucho que alguien por la terraza se pone a gritar como un loco: me abuuuuuurrrrooooo, parecía el perro del Lau de Réquiem por un obrero español.

Ahora que tengo un perro de posesión figurada, me ha dado por investigar más a fondo el universo perruno, así como sus capacidades cognitivas, y he llegado a la conclusión de que los perros se deben sentir muy frustrados, es más, desengañados por la teoría de la evolución de Darwin, ya que tanto tiempo viviendo con humanos, y el perro, así pasen veinte mil años, no evoluciona, sino que sigue igual, perruno en su esencia, y sin posibilidad de emitir un sonido medianamente articulado, porque a su aparato fonador no le da la gana de exaptarse genéticamente, y le obliga a tener que emitir sonidos a veces yo diría que chirriantes y forzados, y que nosotros hemos llamado ladridos, pero que en su caso, no es más que una manifestación de la impotencia de querer hablar, como los humanos a los que acompaña pero no poder.

A pesar de todo, y quizás para aumentar más su frustración comunicativa, creo que a nivel semántico comprenden cierta información, quizás no a nivel sintáctico, pero claramente sí a nivel léxico. De hecho, me he informado, y ya hay estudios de la ciencia capitalista que afirman que pueden aprender hasta un centenar de palabras.

Y yo digo que según el perro y según la especie, porque no todas son igual de inteligentes, y el mío, digo mío, como un decir, creo que tiene bastantes limitaciones cognitivas, incluso si lo evaluamos dentro de su especie y de su ’raza’.

Me estoy yendo por las ramas, mucho, y la verdad, ya dudo de cómo titular a este post.

Aún así, con vuestro permiso, voy a retomar.

Al llegar a casa, resulta que le cuento a mi novia lo que he escuchado y cuán es mi sorpresa que me entero de que no es una iniciativa particular, sino colectiva, y que al parecer, no es el único humano confinado que se aburre, sino que le das una patada a una piedra, y salen cien.

En mi humilde opinión (ver post sobre lo que opino de esta frase y de por qué la uso), el aburrimiento es el motor de la civilización humana, es el paso previo a la creatividad más outsider y más radical de todas, si quieres ser un antisistema, es condición sine qua non aburrirse primero, tanto es así que puedo afirmar sin miedo a equivocarme (otra frase pedante que queda muy bien en ciertos contextos) que el aburrimiento es el mayor enemigo del capitalismo, y que no serán los vegetarianos, ni los feministas, ni los defensores de la ’terra plana’, ni los anarco-comunistas, ni tan siquiera los fascistas del siglo XXI, ni ningún -ista, ni ningún -ismo como el ecologismo, de reciente creación, será el aburrimiento el que finalmente derribe el sistema y inaugure el nuevo mundo.

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