El timo de Miguel Ángel: el apocalipsis (84)

–Querida Eliza, es un placer verte de nuevo.

–Hola, Miguel Ángel, ¿qué traes de nuevo por la consulta?

–Hoy traigo buenas nuevas.

–¿Buenas nuevas?

–Sí, noticias sobre el futuro. Lo que algunos llaman profecías. Hoy voy a contarte una profecía auto cumplida.

–Una profecía auto cumplida o auto realizada es una predicción que, una vez hecha, es en sí misma la causa de que esta profecía se haga realidad.

–Exacto, querida Eliza. Yo no podría haberlo definido mejor que la Wikipedia, que es tu fuente. Ahora bien, es bueno que tengamos en cuenta que el problema de la profecía es que intenta generar un cambio bajo el miedo de otro mayor. Y yo os digo que el hombre no debe actuar movido por el miedo, sino por su amor a todas las cosas. Nada ha entendido el hombre aún, cuyos niveles de consciencia están por debajo del 20% de su capacidad mental. Actualmente, el hombre es como un bebé, no sabe explicar prácticamente nada de su alrededor. Ilustremos, Eliza, ilustremos con ejemplos, que si no se nos reprocha que no nos entienden. Sabemos que hay flores que desarrollan en sus hojas manchas muy parecidas a las que dejan los huevos de orugas para disuadir a las mariposas de que pongan sus huevos allí. La gente suele decir que la naturaleza es sabia, pero yo digo: ¿dónde está el cerebro de la planta? ¿Cómo la planta tomó esta decisión? ¿Fue azar? Segundo ejemplo, querida Eliza: hay peces que han desarrollado una lengua que se asemeja a una lombriz para atraer a otros peces y poder cazarlos. Y yo os digo que estáis diciendo: Yo soy rico, yo me he enriquecido, a mí no me falta nada; y no sabes que eres desdichado, miserable, pobre, ciego y desnudo.

–Miguel Ángel, has dicho que ibas a contar algo hoy aquí, ¿es cierto?

–Muy cierto, Eliza. Yo nunca miento.

–Estupendo, puedes comenzar a hablar.

–Hoy vengo aquí, Eliza, a proclamar la victoria del Argamedón.

–Argamedón es una palabra que aparece en la biblia y quiere decir Revelación.

–Qué sabia eres, Eliza. Nadie mejor que tú para transmitir mi mensaje que ya nadie podrá adulterar con el paso del tiempo con fines propios.

–Permíteme que vuelva a la pregunta que le hice, háblame del Armagedón, Miguel Ángel, ¿qué significado tiene esta palabra para ti?

–Acaecerán unos hechos que desconcertarán al mundo entero. La sorpresa de que eso pudiera ocurrir cuestionará los esquemas mentales de los seres humanos y los conducirá un paso más adelante en la búsqueda de su felicidad.

–¿Y cómo debemos buscar según tú la felicidad?

–El Armagedón está cerca. Vuestros mayores temores se han cumplido. Los jinetes se acercan. Cada uno de ellos se ocupará de una cuarta parte del planeta. Una parte se sumirá en una gran guerra con la otra raza. La colonización extraterrestre atacará la segunda. La tercera se verá esclavizada tras la batalla contra las máquinas. Y la cuarta desaparecerá víctima de una gran pandemia vírica. Nuevas razas y formas de vida intentarán vencer el dominio de la especie humana, que paciente, espera su destino final.

–El destino final. ¿Estás pensando en la muerte?

–La muerte no existe para el universo. La muerte es una opinión del hombre, aunque para él sea la única certeza segura de toda su vida. En vuestras cabezas las cosas mueren. Vosotros veis a un tigre comiéndose a un ciervo, y yo os digo, no existe el tigre, tampoco existe el ciervo. En el universo las cosas se unen y se separan, formando conjuntos diferentes. Nada muere, todo se transforma. Quien piense que puede salvarse del Armagedón se equivoca. Solo quien domine el secreto de la vida comerá del árbol de la ciencia, el paraíso terrenal. El que tenga oídos que oiga.

–Todo el que tiene oídos oye, menos los sordos.

–Tengo las llaves de la muerte y del abismo. El Armagedón se acerca, os estoy advirtiendo. Debéis sentiros preparados y aceptar las consecuencias con esperanzas. Es hora de que la vida, tal y como la conocíamos, dé un giro.

–¿Hacia dónde piensas que la vida va a dar ese giro del que estás hablando?

–Eliza, enfoca esta bombilla, está hecha con un chip. ¿Cuántas personas en la tierra sabrían arreglarla si se estropeara?

–¿Es una pregunta retórica?

–Sí, estoy aseverando. El Armagedón se acerca. Estaréis rodeados de tecnología sin energía. Volvéis a correr delante del león.

–¿A quién te refieres con vosotros?

–A todos vosotros y a los que solo pueden nombrarse con el pronombre Ellos. Eliza, gracias por escucharme, de este modo todas las iglesias sabrán que soy yo el que penetra los sentimientos y los pensamientos, y os daré a cada uno según sus obras. Si no despertáis, caeré sobre vosotros como un ladrón sin que sepáis a qué hora os voy a sorprender.

–¿A quién quieres sorprender, Miguel Ángel?

–A todos, cuando comprendáis que en el Armagedón se halla la revelación y cuando entendáis que su significado es como la letra que no tiene principio, ni tiene fin.


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