Capítulo de obra, Conspiración Black Swan, El conseguidor

Miguel Ángel, hipnotizado (31)

—Pasa, Miguel Ángel, ¿cómo estás?

—Feliz, como siempre.

—Supongo que estás informado de los detalles de la prueba.

—Lo estoy, muchas gracias.

—Bien. ¿Te han hipnotizado alguna vez?

—Sí, me he autohipnotizado en más de una ocasión.

—Efectivamente. Ya veo que estás, entonces, al tanto de todo. ¿Preparado para contarme todo lo que vea?

—Sí, claro, cómo no.

—¿Le importa que le conecte este aparato?

—Por supuesto que no. Ahora mismo me estoy acordando del Da Lai Lama cuando le hicieron la resonancia magnética para comprobar qué pasaba en el cerebro cuando meditaba.

—Sí, bueno. Esto es un poco diferente.

—Lo sé.

—¿Preparado?

—Cuando me digas.

—Relájate, respira regularmente, como si te fueras a dormir. Puedes volver cuando quieras de tu viaje.

—…

—Dime, dónde te encuentras.

—Estoy en la última cena. Estoy hablando con mi amigo. Tengo que pedirle el favor más grande que le he pedido a alguien jamás. Pero nos amamos, y el amor lo tolera todo. —Vuelve a tu infancia. ¿Dónde estás?

—Estoy aprendiendo a leer. Me enseñan los hombres de luz. Salvo a uno de ellos en un hotel, salvo a la humanidad.

—Ve un poco más atrás.

—Un poco más atrás estoy en un Súper Mundo Feliz. Tengo 44 años. Vivo en un mundo sin dinero. He cumplido el sueño del amor de mi vida, que ahora sueña con viajar en el tiempo.

—Gracias, Miguel Ángel, esto ha sido todo.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

error: Este contenido está protegido, no puedes copiarlo ni publicarlo en otro sitio web.