Día 2 de Abril del 12112, quedan apenas unos meses para la abolición del dinero y el comienzo del año 1 de la nueva era, aunque por estos lares naide lo diría.
Han pasado ya unos cuantos días desde que Populus anunciara la llegada de la Revolución, la hora de la venganza, EL GRAN MIEDO, y aquí no se ha movido ni perry.
Yo, por mi parte, me encuentro aquí, en Saint Dennis, un barrio de la banlieve de París, Francia.
Llevo ya un tiempito aquí viviendo con una señora mayor en un miniapartamento. Aquí no hay agua, ni luz, ni gas, y está todo muy pero que muy sucio, lo que ha hecho que haya bichos por todos lados. Somos parte, ahora, de una naturaleza de insectos y pequeños mamíferos con los que compartimos el mismo espacio vital.
Esta mañana, nada más despertarme y abrir los ojos, he visto cómo el rabo de una rata caía despreocupado sobre mi cara. Es probable que me haya despertado con las cosquillas que la punta de su cola me estaban haciendo en la comisura izquierda del labio.
Durante unos segundos me he quedado completamente inmóvil. Mi yo cuántico estaba corriendo por toda la casa gritando, como dirían en el Livuk ¡#PutoAsco!, pero mi yo físico se ha quedado en la cama quietecito, haciéndose el dormido y dándose lentamente la vuelta, para que, muy despacio, la rata se deslizara suavemente sobre la almohada.
Sin embargo, el roedor ha caído de forma rápida y pesada. Está muerta, he pensado en seguida. Rápidamente me he levantado con la duda de si su última hora le habría llegado sobre mi cabeza.
Intento respirar profundo, poner la mente en blanco y olvidar la experiencia pasada mientras me dirijo al baño. Abstraído, pienso que estoy en mi casa, en mi hogar, y con el piloto automático encendido, introduzco el pie en la bañera y abro el grifo de la ducha, y recuerdo que aquí no hay agua corriente. ¡Merde!, exclamo en un francés rudimentario. Bajo la vista hacia el suelo y me encuentro en la bañera un grupo de cucarachas dispuestas en círculo, moviendo las antenas, como si estuvieran en una reunión discutiendo un asunto.
Preso de una idea, pego un salto y voy zumbando al ordenador. Acabo de recordar la primera vez que vi una cucharacha, que fue en Japón, saliendo de la cabellera de la draculina, la hermana de la Paca. Busco en el Livuk la palabra cucaracha y salen miles de millones de vuks al respecto.
Nunca pensé que las cucarachas pudieran conquistar al hombre, y estaba completamente convencido de que el ser humano tenía a esta especie bajo control.
Por lo que puedo leer, al principio, lo de las cucarachas parecía un hecho aislado y llegaron un poco de forma casi casual, como lo hacen las ratas en la novela de La Peste de Camus. La gente iba al trabajo y decía en el Livuk:
@Huesudo: Qué asco, hoy me he encontrado una cucaracha en mis pantalones.#PutoAsco.
@NoAblación: La mía estaba pegada al móvil, la muy hija de puta.#PutoAsco.
@Juanete: La mía estaba flotando en el café. #PutoAsco.
Me sigo informando al respecto y, al parecer, en los comienzos, las cucarachas llegaban a un sitio, estaban unos días y luego se largaban. Sin embargo, a partir de cierto momento, modificaron su comportamiento evolutivo y ahora llegan a las comunidades para quedarse y colonizarlas por completo. Ya más de un pueblo ha tenido que abandonar todas sus casas huyendo de las cucarachas por no poder lidiar con ellas.
Está claro que pronto se ha visto que esto de las cucarachas no es ni mucho menos una mera cuestión casual. En estos momentos, se han convertido en un tema de conversación muy relevante en el Livuk. Y, según los historiadores de la intrahistoria, hemos entrado de pleno en la época de la Cucarachofobia.
Los datos del Hacedor cuentan también que los livukienses no saben cuál es la razón de tan repentina plaga, ni mucho menos si hay más de una causa. Hay, por tanto, un buen cuerpo de teorías al respecto.
Buscando entre aquellas de origen conspiranoide, me he encontrado con la famosa teoría de los chaimtrails. En un vídeo de Populus, se puede ver a una mujer explicando su punto de vista:
—De un tiempo a esta parte, miles de avionetas sobrevuelan la superficie de la tierra buscando grandes núcleos de población urbana sobre los que verter una especie de rocío mañanero que alberga en su interior cientos de miles de huevos de cucarachas a punto de eclosionar. Aunque no tenga pruebas, siempre defenderé a capa y espada que son los semifaraones los que han creado el problema para luego presentarnos la solución, la ya muy manida estrategia de manipulación de masas, y, si no me creéis, vosotros mismos podéis investigar a quién pertenecen las empresas de los estados privados que están llevando a cabo las desinfecciones para así comprobar fehacientemente quién está haciendo dinero a base de las cucarachas y quién puede estar interesado en que estas no desaparezcan por un buen período de tiempo para impedir que estas empresas dejen de crecer.
En la red efímera, hay muchos populus que confían ciegamente en el bufón. Quieren pensar que, tras de Populus, hay una investigación que trata de hacer transparente la superestructura que gobierna el mundo y que hasta ahora estaba sumergida en la dimensión oscura del universo, y, por tanto, era ignota para la conciencia del aldeano. Hay muchos programas en internet de pseudociencia, conspiración y ocultismo que rastrean Populus todos los días con el fin de encontrar contenidos reveladores con los que satisfacer el hambre de sus conspiranoides. En estos programas, las roachtrails se han convertido en la noticia estrella.
Yo, sin embargo, a pesar de que conozco las malas artes de los faraones y sus sucesores, desconfío seriamente de esta teoría. Tengo un presentimiento. Intuyo que los tiros no van por allí, y que tras las cucarachas hay algo más grande, aunque todavía no sé el qué.
Es por eso que me he puesto a rastrear a fondo el Livuk, y, en concreto, a tratar de pisparme del significado de las nuevas formas de comunicación que están surgiendo entre los usuarios con el fin de protegerse de las desapariciones y de las leyes mordaza que regulan la libertad de expresión en internet.
Respecto a lo de las desapariciones, Populus no para de sacar vídeos mostrando a neonazis capturando neohippis, pero los neonazis niegan de plano que sean ellos los que están cometiendo estos hechos; sin embargo, habida cuenta de la fama que se han labrado a lo largo de la historia, nadie cree a los neonazis, y según el hacedor, el 85% de los usuarios del Livuk piensa que la red de ultraderecha es la responsable de la desaparición de figuras claves del 17R.
Sea como fuere, el caso es que a día de hoy, toda comunidad que se precie tiene en el Livuk una forma alternativa de comunicarse entre ellos, un código que solo el primer grado conoce y que el resto de los livukienses ignora.
Actualmente, uno puede comunicarse por pedos, con silbidos de la Gomera, con la p, con números, por emoticonos… o, directamente, con lenguaje metafórico. Estos últimos, obviamente, son los más difíciles de detectar, y, precisamente por eso, son los que requieren casi toda mi atención, ya que si algo gordo se está cociendo, usarán, sin duda, un código invisible para transmitir información, y este no es otro que el de la conversación cotidiana.
No obstante, como ya os podréis imaginar, no es fácil dar con esta clase de códigos, hay que armarse de paciencia, tiempo y ciertas dotes de paranoia y esquizofrenia; yo, afortunadamente, estoy facultado para esta labor. Es por eso que no me ha costado mucho descubrir un doble referente, una doble semántica, en un chat de marujis de la limpieza, denominado a sí mismo, el chat de las chachas.
Llegué a él precisamente por este asunto de las cucarachas. Son estas mujeres, expertas en toda clase de trucos de limpieza, las que han propuesto a todo el Livuk la campaña Limpieza general. Quieren movilizar a toda la red para que paralice todas sus actividades y se dedique durante al menos un día a nivel global solo y exclusivamente a eliminar las cucarachas. Creen así las marujis que con un esfuerzo unido y concentrado conseguirán ganar finalmente la guerra contra estos animales.
Poco a poco, la campaña para la cucarachofobia ha ido sumando adeptos hasta convertirse, por sentido común, tal y como dice el hacedor, en una cuestión ampliamente aceptada y, en estos momentos, por democracia electrónica, se acaba de votar el día y la hora para el exterminio final.
El chat de las chachas, como digo, forma parte de una comunidad mayor, la comunidad maruji, de cuyos integrantes podemos aprender mucho sobre recetas de cocina, productos de limpieza, trucos para curar el catarro, supersticiones, mal de ojo, refranes, sabiduría popular, leyendas orales, etc.
Siguiendo mi intuición, me he abierto un nuevo perfil en el Livuk que se llama @PapelPalCulo, y he tratado de que las marujis no me ignoren en sus conversaciones, aportando algunos trucos de mi botica personal que seguramente ellas desconozcan. Tras unas cuantas horas dándole que te pego al marujeo, al final, mira por dónde, la otra cara de una chacha ha salido a la luz:
@SeLoLavaConAriel: Eres un poco guarrino, he visto que comes delante del ordenador. He invertido muchas horas en limpiar a fondo tu teclado y todos mis esfuerzos han sido vanos, ¿quién eres?
¡Te cacé!, he dicho en alto usando una expresión de la época.
La señora Sarinne me ha escuchado y ha dicho en alto en kabil: ¿quién anda por ahí? Pero yo ya no estaba. Volando, corre que te corre, he llegado hasta el Parthenon, Atenas, Grecia.
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