Capítulo de obra, Conspiración Black Swan, El cómico

De cómo la poción mágica mató y resucitó a Alexia, todo en uno. Capítulo I (98)

Bienvenidos a la reunión vigésimo novena del proyecto Los Cisnes Negros. En primer lugar, me gustaría felicitaros por las publicaciones realizadas en las mejores revistas científicas del país. Estos descubrimientos son tan importantes que aparecen en la página principal de uno de los buscadores de información más importante en la red. Sin ir más lejos, aquí tengo algunos ejemplos: Hallado el primer fármaco que alarga la vida en los mamíferos. La alexartina ya se usa como inmunosupresor en personas trasplantadas; el hallazgo de dos anticuerpos podría conducir a una vacuna contra el sida; el hallazgo de un equipo internacional de científicos podría ayudar a desarrollar nuevos agentes antibacterianos. Estos son algunos de los logros que este espécimen ha reportado a nuestra investigación. Hoy os he reunido aquí para comunicaros un cambio en la política seguida hasta el momento. La directiva quiere que apretemos un poco más las tuercas en la investigación realizada sobre la vacuna que todo lo cura. Ya sabéis que esta es una ocasión tan excepcional para la historia del ser humano que no podemos dejarla pasar sin aprovecharla hasta sus máximas consecuencias. La directiva quiere que diseñemos una poción mágica, una bomba explosiva de virus y bacterias. Declararle la guerra al organismo de este sujeto. ¿De acuerdo? Muy bien, pues manos a la obra. El próximo viernes, día 13 se inyectará la vacuna. Y, ahora, se me disculpáis, tengo mucho trabajo. Doy por terminada la reunión. Muy buenos días a todos.

–Espere un momento.

–Sí, doctor, le escucho atentamente.

–Sí, bueno, ehhhh, yo quería preguntar que qué pasa en el caso de que el sujeto no sobreviva a la poción mágica.

–Sobrevivirá, no se preocupe.

–¿Y si no lo hace? Quiero decir, ¿cómo puede estar tan segura? Si no lo hace… las consecuencias pueden ser muy negativas. Yo no quiero vivir con ese cargo de conciencia.

–No se preocupe, doctor, usted tendrá la conciencia bien tranquila, a usted no le corresponde realizar esta acción, y, por tanto, no va a tener ninguna responsabilidad social en el futuro. Muchas gracias, señores, ha sido un placer, hasta otro día. Ahora, si me disculpan…

(…)

–Y, a todo esto, ¿quién es la directiva?

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