Capítulo de obra, Conspiración Black Swan, El cómico

El timo en el grupo del doctor Holtz: De poco dormir y mucho leer, se seca el cerebro (93)

–Bueno, el motivo por el que os he llamado es porque nos han pedido que elaboremos un informe sobre el último evento acaecido en la sala de terapias, en el que, como recordaremos todos, los pacientes se han puesto a hablar del Apocalipsis. Nos han pedido que demos nuestra opinión crítica sobre el grado de verosimilitud de estas afirmaciones.

–Ja, ja, ja.

–Sí, la verdad es que es para tomárselo un poco a risa, porque para nosotros es tan evidente que no entiendo muy bien por qué quieren que le confirmemos lo que es obvio. Pero ya sabéis cómo son estas cosas, la investigación también es burocracia. Además, se nos pide especialmente que aportemos algo al respecto de las adivinanzas. ¿De acuerdo?

–Sí.

–Bien. Pues vamos a hacer aquí rápidamente una lluvia de ideas para ir entrando en calor… Sí. Adelante, por favor, John, habla.

–No, bueno, pues haciendo alusión a lo de la lluvia de ideas, pienso que una de ellas es que podríamos explicarles aquellos a los que el informe va dirigido, y que, sin duda, son lectores no especializados en la materia, que lo que les pasa a estos pacientes es que son expertos en crear marcos e implantarlos a la realidad. Son como Don Quijote de la Mancha, intentando comportarse y vivir la vida de acuerdo a como lo haría un caballero en una novela de caballerías y no de acuerdo al marco de la España del siglo XVII.

–Exactamente. Apoyo completamente esta idea. Es muy interesante. Todos nuestros pacientes son como Don Quijote, viven en la realidad su propia ficción, pero solo ellos creen en ella como verdad. Los demás, familiares sobre todo, como ven la realidad desde otros marcos, piensan que nuestros pacientes están locos o enfermos.

–Bueno, enfermos están. Porque viven la realidad como si fuera una ficción, y no tienen medios de salir de ella. Valeria no duda de que la voz de Alejo no sea un producto de su imaginación. La oye, la escucha, la sigue, se siente influida por ella, y actúa en consecuencia. Nunca se le ha pasado por la cabeza realmente hacernos caso y decirse a sí misma que Alejo, en realidad, no existe.

–Más que en una ficción, yo diría que se trata de una ilusión. Cuando un mago hace desaparecer la estatua de la libertad o una manada de elefantes, todos nosotros comprendemos que se trata de una ilusión, independientemente de lo que nuestros sentidos nos indiquen, nuestro cerebro nos hace dudar, desconfía de lo que le dicen nuestros sentidos por lo inverosímil de la posibilidad. He puesto estos ejemplos porque, a medida que aumenta la verosimilitud, le damos más credibilidad a lo percibido, como adivinar una carta. Vayamos a nuestros pacientes. Nuestros pacientes no dudan, mantienen sus posibilidades creadas como verosímiles. Viven en una ilusión permanente, para ellos sus fantasías son lo que, a nosotros, la carta, algo verosímil.

–Sí, pero es una ilusión basada en el mundo de la ficción. Valeria nos dice que vamos a ser invadidos por ET, es decir, por extraterrestres. Ya sabéis la adivinanza “famoso sin ser de este mundo”.

–Tienes razón, María. Por su parte, Anicka se ve a sí misma como la libertadora de su propia raza en el futuro. Raza que es idéntica a la nuestra en apariencia, pero que la neuropsiquiatría puede detectar como distinta. Ella se venga e impone su diferencia, tanto es así que identifica a la nueva raza sencillamente añadiéndole una palabra. Como dice la adivinanza, “a partir de entonces la humanidad será denominada con dos siglas”, P.H, psicópatas humanos. Fijaros, hu-ma-nos.

–Es cierto, Oliver. Esta paciente, a pesar de su corta edad, hay veces que da miedo. ¿Os habéis fijado cómo cambia hasta el registro de habla cuando se refiere a otras épocas? Perdona, continúa Oliver.

–Pues nada, que, si a todo esto le añadimos el virus mortal de Alexia, nos encontramos con que ella también es coherente con su ilusión, ya que ha intentado suicidarse varias veces sin conseguirlo. Por consiguiente, no deberíamos extrañarnos que nos diga en su adivinanza que a ella “nunca se le pronunciará la primera letra de la última palabra”, es decir la m de muerte, porque Alexia, en la última sesión con Eliza, se persuadió a así misma de que, si no se podía morir, era porque era inmortal.

–Igual que Mac Cain, el cual, mira qué casualidad, piensa que nos vencerán las máquinas porque “en la batalla no daremos la talla” tal y como nos decía en su adivinanza. Si le añadimos a la palabra “talla” dos letras, la b más la a, la respuesta correcta es que “perderemos”.

–Vayamos con Miguel Ángel, apocalipsis bíblico, de manual, se queda con todos y así no falla. Veamos también la adivinanza. El apocalipsis nos trae un nuevo principio, el final trae el principio, de esta manera, es igual a “la letra que no empieza ni acaba”, esto es, la letra o, el círculo.

–Bien, tenemos ET de Valeria, PH de Anicka, M de Alexia y, de Miguel Ángel, O.

–Y, de Mac Cain, BA, profesor Holtz.

–Gracias, se me olvidaba, María. E.T.P.H.M.O.B.A., ¿pensáis que pueda significar algo?

–Más bien sería E.T.P.H.M.B.A.O., si seguimos el orden, profesor Holtz.

–TEMO A PHB, se me acaba de ocurrir, profesor Holtz. ¿Alguien conoce a alguien con esas siglas? ¿PHB?

–O “temo a BPH”. ¿Alguien o algo? Puede ser cualquier cosa o nada.

–Comprendo. Muchas gracias, María, John, y a todos. Son combinaciones de ocho dígitos, asunto para los adoradores de los dígitos y sus infernales máquinas desprovistas de ingenio. La logia de los informáticos.

–Jajaja.

–Creo que es la conclusión final que voy a presentar en mi informe. Si el profesor Martin desea indagar más en este asunto y otorgarle más relevancia, estará sobradamente orientado hacia donde tiene que encaminar sus pasos. Estoy seguro que los ordenadores acabarán encontrándole un significado, lo tenga o no.

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